Aunque por ahora no tenemos el dato exacto, la comunidad universitaria celebra en cada Semana de Oración, un convivio donde estudiantes, maestros, empleados y miembros de la comunidad nos reunimos a comer el sábado de cierre de dicha semana.
Es como el milagro de la alimentación a los cinco mil, pues se alimentan todos los estudiantes y comunidad universitaria y aunque no llegamos a los cinco mil, nos gusta pensar en que algo parecido fue aquel día cuando Jesús repartió comida para todos.
El menú es distinto en cada facultad, y algunos se sirven varias veces a probar y disfrutar de cada alimento preparado. Se escucha en rumores, que el menú de nuestra facultad es muy bueno… y qué halago no es bien recibido y más, cuando se trata de compartir.
Las filas se saturan en cada escuela y aunque la primera intención y prioridad es darle de comer a los nuestros, a los de nuestra facultad, con paciencia vamos sirviendo también a visitantes y también a nuestros egresados que nos visitan ese mismo día.
Estamos agradecidos con Dios porque los egresados que nos visitan, también disfrutan de la dicha de compartir, pues en este último convivio, aportaron unos deliciosos pasteles que sirvieron como postre para todos los que alcanzaron.
Soñamos con esa celebración de boda, así como lo describe el apóstol Juan, esa celebración donde nos encontraremos todos los que esperamos su glorioso regreso a la tierra para llevarnos al cielo.